Estaba mirando
al vacio, literalmente. Me encontraba en aquella montaña a kilómetros de todos,
luego de casi haber sido raptada por Ángel llegue aquí. Mi mente estaba en otra
parte, estaba buscando algo, mejor dicho a alguien, a Flor, buscaba alguna
forma de comunicarme con ella, necesitaba saber tantas cosas, me sentía como un
bebe, como si llegase a un mundo nuevo del cual no sé nada y tengo que
aprenderlo todo con error tras error, pero al final algo sale bien ¿no?
-Beca – me
llamo Ángel sacándome de mis pensamientos, yo solo me gire a verlo – Andrés
dice que Clavel nos quiere ver - Se levanto y me tendió la mano, yo la tome y
al levantarme lo abrace, el me devolvió el abrazo y beso mi cabello – de seguro
son buenas noticias.
-Eso espero…-
susurre respirando profundamente para retener las lagrimas – vamos – dije con
una pequeña sonrisa tomando su mano.
Llegamos y nos
dirigimos directo a la oficina de Clavel. Al entrar estaba ella y Alexander, yo
me senté junto a Ángel en frente de ellos y espere a que empezaran a hablar.
-Flor está
bien – dijo Alexander.
-Eso me han
dicho, pero aun no la puedo ver – le reproche.
-Es por tus
poderes y los de ellas. Es cuestión de seguridad. Flor ya no logra comunicarse
contigo en sueños ni fuera de ellos, si te ve, no sabemos si puede ocurrir y a
lo mejor es muy pronto, recuerda que este es un terreno nuevo para nosotros –
dijo Clavel.
-¿Ósea que
nunca la veré?
-No dijimos
eso… espera unos días – me dijo Alex.
-¿Me llamaron
para decirme esto? – pregunte ya algo molesta.
-Cuando Flor
despertó… tenia esto al lado – dijo Alexander extendiéndome un sobre dorado –
no la logramos abrir, le pedí a Flor que lo intentara pero tampoco ¿podrías ver
tu? Asentí mientras intentaba abrirlo pero inútil – ¿te parece familiar? – lo
examine y me di cuenta de que tenía algo escrito en una esquina.
-“Para mis dos
únicas hijas, De: su madre” – leí.
-¿Dónde dice
eso? – Dijo Alexander acercándose y quitándome el sobre – yo no veo nada – dijo
dándole vueltas.
-Y a lo mejor
solo las hijas, lo pueden ver – dijo Ángel.
-¿Crees que sea
de…mi mama? – el asintió – pero ¿Cómo?
-Recuerda que
Flor dijo que al salir tuvo que elegir entre ti y su madre. Y a lo mejor su
madre sabía que decisión tomaría Flor y decidió hacerles una carta - dijo Clavel.
-Esto cada vez
es más confuso – dije - ¿Cuándo puedo ver a Flor?
-Solo unos
días más – dijo Alexander.
-Un día Alex.
Solo eso – le amenace y me fui de allí con aquel sobre en mis manos.
-Yo sí creo
que sea de tu mama – dijo Ángel acompañándome al hospital.
-No lo sé…
nunca me he puesto a pensar en si quiero o no saber sobre ella – dije entrando
- ¿Alguna novedad? – le pregunte a todos.
-Ninguna –
respondió Violeta – o bueno…- vi como miraba a los demás como para saber si
decirme o no.
-Violeta –
dije tensa.
-Es que
ahorita le inyectaron un calmante. Kevin dice que está harta de estar encerrada
y no poder verte, parece que el carácter es de familia – dijo Andrés en broma.
-¿Y ese sobre?
– pregunto Javier.
-Al parecer
cuando Flor despertó tenia esto en sus manos y bueno… creo que es de mi mama,
mi verdadera madre – aclare.
-Ouh – dijo
Javier - ¿la leíste?
-Nop, está
totalmente sellada. Nadie la logra abrir, ni Flor, ni Alex ni yo, ni nadie.
Pase el resto
de la noche en el hospital. Y unos días más, pues Alexander me ponía excusa
tras excusa, una noche me harte y estuve a punto de destruir todo. Ángel me
calmo pero aun así estaba molesta con Alexander, pues el ya la había visto y
aquí su hermana soy yo.
Era viernes.
Había faltado a clases, no importaba cuanto me insistieran, no me alejaba de la
habitación de Flor. Ángel pasaba todo su tiempo libre conmigo ya que aunque
quisiese no podía faltar ni a clases ni a los entrenamientos, Ángel me abrazaba
y consolaba. Ya eran eso como las 7:00 pm.
-Ángel… quiero
verla – dije mirándolo melancólica.
-Beca yo…- ya
no sabía que decirme, dio un largo suspiro – se que lo lamentare – dijo
parándose y desasiendo el abrazo – voy a distraer a los doctores y tu entraras
¿de acuerdo? – me susurro. Yo sonreí y lo abrace del cuello.
-Te amo.
Gracias, de verdad – dije antes de besar sus labios como por más de un minuto.
-Lo que me
haces hacer, no sé que me has hecho, pero me tienes rendido a tus pies – dijo
besando de nuevo mis labios, acaricio mi mejilla y se fue.
Miro a los
lados verificando que no había nadie e hizo que en su dedo índice apareciera
una pequeña llama que acerco al techo y de inmediato empezó a sonar la alarma
de incendios. Doctores y enfermeras corrían de un lado a otro y yo rápidamente
entre a la habitación de Flor, me gire y puse el seguro.
-¡¿Beca?! –
grito una voz familiar detrás de mí. La voz de mi hermanita.
-¡Flor!
– dije al voltearme estaba parada junto a la cama y tenía una bata de hospital,
toda mojada por la alarma de incendios. Corrí hasta ella y la abrace con mucha
fuerza. Ella me devolvió el abrazo.
“Te extrañe”
-¿Acabas de...?
-Supongo
que sí – dijo sonriendo con lagrimas en los ojos – que bueno es verte – dijo
volviendo a abrazarme.
-Yo
también te extrañe, mucho – dije besando su mejilla.
-No
entiendo porque no me dejaban verte.
-Ni
yo.
-¿Cómo
has entrado? – señale al techo que todavía nos bañaba – Ah, fue Ángel ¿no? –
dijo con una sonrisa.
-Si
– dije sonrojándome. Entonces empezaron a tocar frenéticamente la puerta.
-¡¿Flor?!
¡Abre por favor! – gritaba Alexander.
-No
quiero que nos vuelvan a separar – dijo Flor volviendo a llorar.
-No
pasara – le asegure – toma – dije quitándome mi chaqueta de cuero.
-Gracias
– dijo poniéndosela – Ahg, huele a Ángel – dijo con cara de asco.
-¿Cómo
sabes…?
-Cuando
estaba en el árbol, veía, sentía, escuchaba y olía todo a través de ti – me
explico.
-¡Flor!
Tumbare la puerta – grito Alexander y así lo hizo - ¿¡Se puede saber que haces tú
aquí!? – me grito Alexander obviamente molesto. Ya había parado de llover.
-Paso
tiempo con mi hermana – dije como si nada – ¿y tú? – le sonreí.
-Rebecca
no debiste…
-No
Alex, tu no debiste negarme ver a Flor. Es mi hermana, tú no eres nada de ella
¿entendido? Esta a mi cuidado, no al tuyo – dije muy molesta.
-Cálmense
– dijo Flor – Alex, por favor… estoy bien – dijo con una sonrisa.
-Luego
hablaremos Rebecca – me dijo serio saliendo.
-Veo
que mi plan funciono – dijo Ángel asomándose por la puerta – aunque estoy
seguro que me castigaran… - dijo acercándose – Hola Flor – dijo con una
sonrisa. Mi hermana lo abrazo de una y él le devolvió el abrazo.
-Gracias,
Gracias, Gracias. De verdad gracias por ayudar a Beca – le dijo todavía abrazándolo.
-No
es nada – dijo restándole importancia – bueno yo las dejo. Sé que deben tener
mucho de qué hablar así que adiós – dijo besando la mejilla de Flor y luego
besando mis labios.
-Ahí
que asco – murmuro Flor, Ángel y yo reímos.
-Adiós
– dijo Ángel saliendo.
-Entonces
¿Por qué no me has visitado en sueños? – pregunte cuando las dos estábamos sentadas
en un sofá de esa habitación.
-No
puedo. Es como si hubiese una barrera en tu cerebro que me lo impidiese. Ese
momento en el que te transmití un mensaje ahorita fue porque no sentí la
barrera.
-¿Barrera?
-Si,
es como un muro. Ahorita la tienes.
-Inténtalo
– dije.
“¿Hola?”
-¡Vez!
Quizás es cuestión de distancia, como que si estamos lejos no hay señal – dije
riendo.
-Yo
más bien creo que… tú debes darme permiso.
-¿Permiso?
-Si…
yo ya no estoy en el árbol. Mis poderes no son tan amplios. Hagamos un experimento.
Esta noche iras a la cabaña y dejaras tu mente despejada, o dirás “te doy
permiso Flor” y yo veré si puedo entrar.
-Me
parece algo tonto – entonces vi como frunció el ceño.
-¿Tonto?
– dijo como si estuviese molesta.
-Ósea
no, es solo que…- intente disculparme pero ella reventó en risa.
-Eres
muy crédula Beca.
-¡Claro
que no! – dije golpeándola con un cojín.
-Si
lo eres – dijo mientras cubría su cabeza.
Y
así pase el resto de la noche hablando con Flor. Hablamos de muchas cosas, del
sobre, de nuestros poderes, de lo que vivimos en ese mundo, sobre mis clases de
guardianas… de todo un poco. Ya era tarde así que me había ido a la cabaña. Le conté
a Andrés, Violeta, Jazmín y Javier lo que había pasado, estaban muy contentos.
Mañana Violeta y yo iríamos con las chicas y haríamos una pijama da en su sala
de hospital. Violeta dijo que ella se encargaría. Yo me acosté en la cama que
hace días no tocaba y pronuncie las siguientes palabras:
-Te
doy permiso, Flor.
“Te dije que era eso, amo tener razón”
“Eres una pesada”
“Igual me amas”
“Y tú a mí, hermanita”
“Obvio que te amo.
Descansa”
“Solo si no te metes en
mis sueños. Ahora que lo pienso esto de que te debo dar permiso me gusta”
“No lo disfrutes tanto”
Y ya luego quede
profundamente dormida. Sin ninguna interrupción.
-¿Tienes
todo? – pregunto Violeta.
-Sip
– dije mientras revisaba - ¿y las chicas?
-Ahí
vienen – dijo señalando a Fabianna, Marilyn, Roxana, María, Jazmín y Melissa.
Nos
saludamos y nos dirigimos con un montón a cosas al corazón del bosque. Al
llegar toque la puerta con los nudillos.
-¡Adelante!
– grito Flor. Entonces entramos todas con los millones de globos que le
compramos, todos de diversos colores, rosados, azules, verdes, naranjas,
morados… Flor sonreía como niña mirando cada globo de olio y luego poso su
mirada en todas nosotras -¿Ustedes hicieron esto, para mí? – pregunto algo
avergonzada.
-Claro
¿Para quién más? – dijo Violeta. Quien luego corrió a abrazarla – es un placer
conocerte en… persona – dijo riendo – gracias por los consejos.
-No
es nada…- dijo arreglándose el cabello.
Todas
se presentaron y ya todos los globos estaban en el techo, no era muy alto por
lo que dejaba un camino de hilos en toda la sala. Colocamos el televisor
apuntando hacia la cama de Flor la cual rodeamos con nuestras colchonetas, convirtiendo
el piso de madera en un montón de colchones. Habíamos traído un montón de
cosas. Empezamos por remodelar el look de mi hermanita, ya que eso era lo
primero que quiso hacer. Todas nos empezamos a probar ropa y así. A la final
estábamos todas arregladas y nos tomamos un sinfín de fotos, en unas sonriendo,
otras sacando la lengua, lanzando besitos, haciendo poses desde normales a
anormales – mayormente la segunda – al terminar eran las 5:00 de la tarde, por
lo que aun nos quedaba mucho sábado.
-Entonces
Flor… ¿Qué se siente ver todo desde la cabeza de Beca? – pregunto Roxana
mientras devoraba un pote de helado de chocolate.
-Aburrido
– dijo con una mueca que hasta a mi me dio gracias.
-Eso
no es cierto – le dije.
-Claro
que sí. Muchas veces me provocaba golpearte. Javier te invitaba a infinidades
de fiestas y tu preferías quedarte en casa a leer ¿¡qué clase de ser humano
hace eso!?
-Esas
fiestas siempre terminaban con chicas embarazadas, gente drogada y Javier
borracho y castigado.
-Pero
se divertía. Vivía la vida.
-¿Y
que sabes tú sobre vivir la vida? – le dije y luego me di cuenta de lo que le
habían lastimado mis palabras.
-¿Qué
tal si vemos una película? – dijo María tratando de cambiar el tema.
Despeje
mi mente y pensé:
“No sé si me escuchas, pero perdóname, sabes
que no quise decir eso”
“Lo sé”
Vi
como Flor me sonreír, yo se la devolví.
-Siiii,
yo quiero ver La sirenita – dijo
Marilyn aplaudiendo. Todas reímos.
-No…
yo quiero ver El corazón de una bestia –
dijo Violeta.
-¡A
no! Dijimos que Johnny Deep primero – reclame.
-Solo
pongan una película – dijo Roxana comiendo mas helado. Sin duda lo de Julián le
pegaba.
-Ya
mejor deja eso – dijo Jazmín quitándole el helado a Roxana – no dejare que ahogues
tus penas en helado.
-¡Dámelo!
– le dijo Roxana como niña.
-Nop
– dijo sonriendo y guardando el helado en la mini nevera de la habitación
entonces de la nada Roxana le dio un almohadazo a Jazmín ella rápido agarro
otra almohada y le dio en la cadera.
Y
así empezamos una guerra de almohadas. Las almohadas se arrojaban de todos
lados de la habitación y en ocasiones jalaban los hilos de los globos haciendo
que todo se viera lleno de globos y almohadas.
A
las 7:00 cenamos montones de pizza. Flor comía cada cosa que pasar frente a sus
ojos, y decía que sabia mejor de lo que pensaba, vimos luego algunas películas
para después empezar con las llamadas de bromas.
-Bueno
¿con quién empezamos? – dijo Flor entusiasmada, como había estado toda la
noche.
-Con
mi hermano – dijo Roxana.
-No
– dije de inmediato.
-Vamos
Beca… si aun es temprano – dijo Marilyn.
-Son
las 3 de la madrugada – dije.
-Llamemos
a Andrés – dijo Flor tomando el teléfono de Roxana y marcando el numero.
-No
Flor – dije intentando alcanzar el teléfono pero ella se aparto.
-Shhh.
Está sonando – me regaño Flor mientras corría de mi.
-¿Cómo
te sabes su número?
-Tú
te lo aprendiste así que quedo en mi memoria – dijo rápido y luego presiono
alta voz.
-¿Alo?
– Dijo Andrés con voz ronca - ¿Quién habla? – dijo en un bostezo.
-Hola
Andrés, es una emergencia – dijo Flor mordiéndose el labio para evitar reír.
-¿Flor?
¿Qué sucede? ¿paso algo? – ahora parecía preocupado, me sentía mal de hacerle
esta broma.
-Si
Andrés. Necesito que urgentemente salgas de la cabaña.
-Eh
si ya estoy saliendo, pero ¿Qué paso? ¿Jazmín está bien? ¿Y Violeta? ¿Acaso fue
Beca?
-Primero
dime ¿estás afuera?
-Sí.
-¿Viste
lo que ahí? ¿Lo ves? – dijo Flor reprimiendo la risa, ahora hasta yo quería reír
por la travesura.
-¿Qué
se supone que vea? no veo nada.
-¿No
lo ves?
-No
¿Qué pasa? –sonaba alarmado.
-Que
es de noche – dijo y todas reventamos a reír. De inmediato colgó y pasaron
minutos y seguíamos riendo. Entonces abrieron la puerta. Era Andrés y no traía
buena cara. Vestía un pantalón largo de color negro y una camiseta blanca, cerró
la puerta, ya no teníamos escapatoria.
-Así
que haciendo bromas telefónicas – ninguna hablaba. Su mirada era muy, muy
intimidante - ¿Por qué no me dijeron? Adoro hacer llamadas anónimas – dijo
ahora sonriendo y tirándose en un colchón. Ahora todas reímos.
-Nos
asustaste – le dijo Violeta lanzándole un cojín.
-Me
levantaron a las 3:00 de la mañana para preguntarme si era de noche – dijo
levantando una ceja – ahora, a llamar a Ángel – dijo sonriendo y tomando el
teléfono de Roxana – no lo han llamado aun ¿cierto? – dijo mientras marcaba.
Todas negamos con la cabeza – Beca háblale – dijo pasándome el teléfono.
-¿Qué?
¡No! – dije echándome para atrás – a mi no me meterán en esto.
-Por
favor – dijo Flor colocando ambas manos juntas y haciendo cara de perrito.
-Ni
siquiera sé que decir – dije.
-Cualquier
cosa – me alentó María. Suspire y tome el teléfono, ya estaba en altavoz.
-¿Roxana? - dijo con voz adormilada.
-Eh,
no. Es beca.
-¿Beca?
¿Qué haces con el teléfono de Roxana? ¿Por qué me llamas a esta hora? ¿pasa
algo? – ahora parecía alarmado. Me quede helada mientras el resto me hacia
señas para que siguiera – es que… Roxana está embarazada – Roxana me miro
horrorizada mientras las otras aguantaban la risa y yo golpeaba mi cabeza con mi
mano.
-¡¿Qué?!
¡¿Embarazada?! ¡¿Estás segura?! ¡¿Cómo lo sabes?! – parecía alarmado y muy
molesto.
-Me
acabo de enterar, es de Julián. Por eso es que últimamente come tanto –sentía
la mirada asesina de Roxana en mi cabeza y veía como el resto aguantaba la
risa - no sabía si decirte. Pensé que sería
importante.
-¡Dios!
Le dije que utilizara anticonceptivos. Nunca me hace caso, juro que matare a Julián,
no va a tener hijos luego de este.
-Ángel,
otra cosa – dije mordiendo mi labio para aguantar la risa – es mentira – dije y
colgué permitiéndome reír libremente. Reímos y reímos mientras Roxana me
gritaba que ¿Cómo pude decir eso? – ahí ya Roxy, ya le dije que era mentira. Cálmate
– dije recuperando el aire y en eso entro Ángel por la puerta. Tenia también un
pantalón largo gris y un suéter manga larga de color blanco.
-Así
que ¿embarazada? – pregunto viendo a Roxana.
-¿¡Que
ustedes no saben que luego de una broma deben intentar volver a dormir!? – dijo
Melissa mirando a Ángel y a Andrés.
-No
puedo creer que te prestaras para eso – dijo Ángel mirándome con recelo, yo me
sentía culpable… muy muy en el fondo.
-¿Estas
molesto? – pregunte mordiéndome el labio inferior.
-Contigo
nunca – dijo acercándose y besando mis labios.
-Es
noche de chicas – dijo Flor lanzándonos una almohada – así que ya mejor no
llamemos a nadie.
Luego
bromeamos un rato y poco a poco se fueron quedando dormidos, quedando solo Flor
y yo, en una esquina, aunque yo tenía a Ángel durmiendo en mis piernas.
-Gracias
por esta tarde tan maravillosa – me susurro Flor.
-No
es nada, te lo merecías. A penas salgas de acá te mostrare miles de lugares.
-Quiero
ir al prado, y a la cascada, y también a la playa – dijo sonriendo emocionada
como una niña pequeña. Me daba tanta ternura.
-Lo
prometo – dije y bese su frente – ahora a dormir – le regañe.
-Ahs,
ok – dijo acomodándose y colocando una manta sobre ella. Yo aparte le cabeza de
Ángel con mucho cuidado de no despertarlo y me coloque a su lado, apoye mi
cabeza en su pecho y coloque una fina sabana sobre nosotros - ¿Beca? – susurro
a mi lado.
-¿Si?
-Te
quiero, hermana.
-Yo
también te quiero, hermana.
Y
ya luego entre los brazos de mi Ángel, me quede dormida.
Otra cosiita, no tiene nada que ver con la historia.
Marie.C no se que M***** le pasa a Blogger pero no me deja comentar en tu blog, o sera mi internet que justo se cae en ese momento. Asi que cuando publiques d nuevo vere si te logro comentar ok? De verdad que lo intentado ya millones de veces...!
HOOOOLI, comento rápido que tengo que sacar a mi perrita en 5.
ResponderEliminarMe ha encantado*-* Todo suuuuuper tierno, solo podía pensar, que buenas amigas son:3 Y Flor es taaaan adorable sfdkgñhafdgfdñogn
Me ha dado mucha risa las bromas telefonicas JAJAAJJAJAJA Y encima los dos tontos se presentan en la habitación:'') Si llegan a llamar a mas gente no caben en la habitación.
Bueeno, me ha gustado que sea tan largo, espero que el siguiente sea tan o mas bueno que este. Un besiiiiiiiiiiiiito, tktktktkttk<3